CUADERNO DE VIAJE

No soy periodista, ni el mejor redactor del mundo, pero cada palabra que escribo creo que contiene un sentimiento o una emoción vivida en un lujo de viaje, que a mucha gente le hubiera gustado vivir. Nosotros hemos tenido la suerte de disfrutarlo, formando parte de nuestro trabajo diario.

jueves, 14 de julio de 2011

DÍA 4 - LUNES 4 DE JULIO DE 2011


Después de descansar tras el largo día de ayer, partimos rumbo a Lusco, Rías Baixas (cambiamos nuevamente de denominación  de origen).
 
Primera visita: Bodegas Lusco
Nos recibe Luis Oliván y su enólogo. Entramos de lleno en la visita. Nos comenta que  Bodegas Lusco (http://www.lusco.es/) se fundó en 1996, y en el 2010 han terminado las nuevas instalaciones. El clima es atlántico. Poseen  cinco hectáreas propias de albariño. La edad media de los viñedos es de treinta años. 

Es una bodega hermanada con Dominio de Tares (http://www.dominiodetares.com). Nos cuenta que Rafa Palacios asesora la bodega desde hace un tiempo.
 

Tras un paseo por la viña encontramos el pazo, que resalta justo en medio de esta; allí encontramos un magnolio imponente, enfrente del patio de caballerizas.
Comienza la cata: Lusco 2008 (tres años de evolución. Me sorprende gratamente), Lusco 2010 (más fácil de beber) y Lusco Pazo Piñeiro 2009.

Segunda visita: Pazo Barrantes

A pie de autobús, y con un increíble aroma a eucaliptos (tienen cuatrocientos años), nos recibe el Vicente Dalmau -Conde de Creixell y propietario de Marqués de Murrieta (http://www.marquesdemurrieta.com/)-, con la imagen del Pazo Barrantes (http://pazodebarrantes.com) al fondo (dos mil metros habitables). 

Nos hace un breve recorrido por la historia de su vida comentando que el Conde de Olivares le vendió la bodega Murrieta a su padre. Comenta que su padre era de Santiago de Compostela y su madre de Vigo.  Y que la última hectárea que compró la pagó a 600.000 €
La finca está situada en medio del Valle de Salnés, cuenta con doce hectáreas rodeando al Pazo. Elaboran alrededor de doscientas mil botellas al año.
Esta primavera ha sido seca, por lo que la vendimia se adelantará. La viña cuenta con la proximidad de la Ría de Arousa, que está a ocho kilómetros. Y que últimamente han cambiado la conducción de ésta.
El tipo de suelo es arenoso. Trabajan el vino con sus lías, aportando más músculo, más grosor, mascarando la acidez del vino. Limpian el mosto con una máquina, en dos horas.
Por lo que refiere al color amarillo del etiquetaje del vino, nos cuenta que viene dado por unos líquenes que están impregnados en las paredes del pazo.
Nos enseña el pazo al detalle, con lo cual nos quedamos todos maravillados. La sorpresa está por venir. Entramos a su biblioteca particular –y sede de la fundación que preside- y nos esperan trescientas cincuenta ostras perfectamente maridadas con: Pazo Barrantes 2010 y Pazo Barrantes 2000.
Vicente Dalmau da una imagen de seguridad en sí mismo, de negociador, de experto conocedor del mundo el vino, elegante, de Sandokan ibicenco, conocedor orgulloso de su árbol genealógico y tremendamente generoso. Perfectamente acompañado de su novia, magistral anfitriona y una elegante postura y saber estar.
¡Gracias Vicente por esta visita tan entrañable!

Tercera visita: Bodegas Zárate
Llegamos a bodegas Zárate (http://www.albarino-zarate.com/marco.htm). Nos recibe toda la familia a pie de autobús. Caminando por la viña, nos explican que el mar está a quinientos metros. 
 
Las variedades que encontramos son albariño, espadeiro, loureiro tinto y caiño tinto. Las parcelas con las que cuentan tienen un radio de un quilómetro. Ausente de filoxera, debido al suelo arenoso.Intentan controlar el equilibrio entre el vigor y la producción. Están a favor de la cubierta vegetal. 
 

Introduzco un nuevo término en mi vocabulario: shabre (estado del granito en el que se deshace con la mano).
Nos conducen a una mesa larga vestida de forma impecable bajo una parra, en pleno viñedo, y comenzamos la cata. 
Es una bodega que no guarda añadas viejas. Hoy hemos catado las últimas botellas de añadas increíbles. Comenzamos con Zárate 2004, continuamos con Zárate 2005, Zárate 2006, el espectacular Zárate Tras da Viña 2004 (champagne gallego fresco, con evolución y sin burbujas. Lo mejor que he probado en todo el viaje), Zárate Tras da Viña 2005, Zárate Tras da Viña 2007 (“este vino te va a dar éxito a la bodega”), Zárate Palomar 2003 (increíble maloláctica), Zárate Palomar 2006, Zárate Palomar 2006 magnum, Zárate Palomar 2003, Zárate Palomar 2007, Zárate Balado 2009 (vino de parcela), finalmente Zárate Caíño Tinto 2009 y Loureiro tinto 2009 (dos sorpresas en tinto).
 Termina la cata y pasamos a la comida. 
Festival de marisco (cigalas, berberechos, mejillones y pastel de pescado), todo ello regado por Jardín de Lucía 2010 (compra la uva para hacer este vino), Zárate Cosecha 2010, Zárate Balado magnum 2006 y como colofón Eulogio Pomares 2007 (elaborado para la Colección 75 Aniversario). 
 Para acabar probamos toda la familia de orujos, habidos y por haber en la bodega.

Sin frío en el cuerpo subimos al autobús y partimos hacia Terras Gauda.

Cuarta visita: Terras Gauda
Tras un viaje plagado de congas, pasodobles y canciones, llegamos a Terras Gauda (http://www.terrasgauda.com/). Tenemos al equipo directivo, liderado por el señor José MªvFonseca, esperándonos.
La enóloga nos explica que el tipo de suelo es granítico con franjas pizarrosas, lo que aporta un extra de mineralidad al vino.
Cuentan con ochenta hectáreas de terreno propias y ochenta hectáreas subarrendadas.
La base de la elaboración de los vinos blancos es una maceración en unos tornos, que se llaman minimatix. Maceran el cien por cien de la uva. Cada cuarenta minutos un programa hace que giren los tornos y consiguen extracción sin maltratar la pepita. La variedad caiño blanco está macerando seis horas a diez grados y la variedad loureiro lo está diez horas a diez grados. Elaboran la friolera de un millón y medio de botellas.
Los viñedos están enclavados en una subzona denominada O Rosal. Básicamente trabajan con tres variedades para el Terras Gauda: setenta por ciento albariño, quince por ciento loureiro y quince por ciento caiño blanco. Para el Abadía San Campio cien por cien albariño.
Las tres variedades con las que trabajan son de ciclo vegetativo largo, muy adaptadas a la zona.
A continuación pasamos a la cata: empezamos con Abadía San Campio 2010 (nos queda claro que no es el segundo vino de la bodega), seguimos con Terras Gauda 2010 (vino valuarte de la bodega), La Mar 2009 (apuesta de futuro), La Mar 2010 (de la misma viña que se hizo el vino José María Fonseca 2007 de la Colección 75 Aniversario) y para terminar un Terras Gauda Etiqueta Negra (equilibradísimo).
Son las once de la noche y aun quedan resquicios de luz. Empieza la cena de gala: mejillones, berberechos, jamón, bogavante, rodaballo salvaje; todo ello un espectáculo.
Tengo que dar una mención especial a la “queimada”: seis litros de orujo, medio quilo de azúcar, rodajas y cáscara de limón y granos de café. Está goloso, envolvente, con un toque amargo agradable, final cálido y largo.  Licor de hierbas y de café como fin de fiesta.



Sin hambre ni sed nos vamos a dormir al Hotel Colón en Tuy (http://www.hotelcolontuy.com/)

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